Calidad, gestión, seguridad del paciente, formación, recursos humanos… Son términos que todos hemos leído en algún momento de nuestra carrera profesional. Como médicos, se presupone que llevamos a cabo nuestra profesión siguiendo unos estándares de calidad, mediante un compromiso con la ciencia médica y los pacientes. Desde Hipócrates, nuestro objetivo ha sido priorizar los intereses del paciente por encima de cualquier otro, mantener unos estándares de competencia profesional y usar nuestra experiencia en pro de la sociedad en el terreno de la salud.
El pasado de la Medicina Nuclear se remonta ya a casi un siglo e inicia su desarrollo como especialidad a finales de los años 40 del siglo XX; momento en el que se decide utilizar la energía nuclear con fines médicos en nuestro país. En España, se ponen en marcha los primeros centros de Medicina Nuclear – en Madrid, San Sebastián, Sevilla, Bilbao, Santiago, Santander y Barcelona – entre los años 1952 y 1960. No obstante, la especialidad no se creó como tal en España hasta 1978 y, hasta 6 años después, no se reconoció el derecho a obtener el título de especialista en Medicina Nuclear. En mayo de 1970, se funda la Sociedad Española de Medicina Nuclear y Biología (SEMNB). Previamente, en el seno de la Sociedad Española de Radiología y Electrología Médicas (SEREM), se había creado la Asociación Española de Medicina Nuclear (AEMN). Tan solo 7 años después, la SEMNB y la AEMN deciden su disolución con el objeto de crear laSociedad Española de Medicina Nuclear (SEMN); siendo elegido su primer presidente el Dr. Domenech Torné. Desde entonces, nuestra sociedad siempre ha impulsado la calidad de nuestros actos médicos y ha intentado promover la seguridad de los pacientes, la formación de los residentes, la planificación estratégica, el diseño de los nuevos servicios, la definición de bandas tecnológicas, así como la protección radiológica de los pacientes y del personal sanitario.
La calidad se nos presupone, pero en realidad aún queda un largo camino para lograr cumplir con los requisitos de la Directiva Europea 2013/59/Euratom, que establece las normas básicas de actuación de las especialidades médicas que trabajan con radiaciones ionizantes y que entró en vigor el 6 de febrero del 2018. El 2010 fue un año clave en aspectos de calidad de nuestra sociedad y, liderados por la Dra. Francesca Pons, se comenzó a debatir sobre la necesidad de promoverla entre los diferentes especialistas. Fue dos años después, con el Dr. Ángel Soriano como presidente, que se creó dentro de la SEMNIM el Comité de Calidad y Auditorías Clínicas liderado por la Dra. Amparo García Burillo y que, en junio de 2014 con la incorporación de la Dra. Raquel Jover a cargo de la Seguridad del paciente, pasó a llamarse Comité de Calidad, Auditorías clínicas y Seguridad del paciente. El comité trabajó desde su inicio en implantar una cultura de calidad y seguridad de los pacientes entre los miembros de la SEMNIM mediante la celebración de cursos on-line; la publicación de newsletters; la participación en el proyecto “Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas en España” en el año 2013 y coordinado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI), la Sociedad Española de Medicina Interna y Guía Salud; la creación de una práctica de promoción de la cultura de seguridad del paciente para la Red de la Unión Europea para Seguridad del paciente y Calidad asistencial (PaSQ) en 2015, la organización de sesiones plenarias en el Congreso Nacional de Murcia del año 2013 y en el de Oviedo del año 2018; y la elaboración del documento “Actualización de la estrategia Seguridad del Paciente 2014-2018” liderado por el MSSSI .
Y así, llegamos al presente. En abril del 2021, de nuevo liderados por el Dr. Ángel Soriano, se promovió que el comité dejara de serlo como tal y que se transformara en lo que es ahora, un Grupo de Trabajo más dentro del seno de la SEMNIM. Por lo tanto, el reto de la SEMNIN de la creación de un grupo de trabajo de Gestión y Calidad (GTGyC) se ha hecho realidad. Ello supone, indudablemente, una apuesta de nuestra sociedad médica para compartir, informar y acercar a todos los profesionales las diferentes propuestas concernientes a multitud de aspectos que aporten valor al entorno de nuestra especialidad. Sin duda, la idea de establecer una plataforma que permita compartir ideas, visiones y mejoras dirigidas a promover modelos de gestión inteligente, segura y eficaz, debe ser el compromiso que aúne a los miembros del GTGyC. Se pretende, en un entorno amable, colaborador y altruista, plantear y compartir modelos garantes del cumplimiento de la gestión de Calidad de excelencia, sin que ello repercuta en un coste y esfuerzo imposibles. Debe representar, además, una oportunidad para compartir modelos de éxito en la gestión pública y privada, para generar una mayor visibilidad y promoción de la especialidad, para aportar y actualizar continuamente propuestas de protocolos de actuación que garanticen la seguridad del paciente, para dinamizar el nomenclátor de la especialidad y hacerlo constantemente inteligible y adecuado a las necesidades gerenciales, para promover modelos formativos originales y atractivos, además de para proporcionar una visión de la innovación y de la tecnología, a la vez que proponer cronogramas racionales de renovación que eviten alcanzar situaciones indeseables de obsolescencia. Los retos son muchos, pero también lo es la ilusión de participar en un grupo que, cuanto menos, apueste por el compromiso de una Gestión de Calidad, adecuándose racionalmente a la limitación de facultativos especialistas y al incremento esperable de la demanda de exploraciones y terapias que supondrán el aumento de longevidad, el incremento de patologías crónicas y las posibilidades tecnológicas que ofrecerán nuestros radiofármacos y nuestros equipos, ante el reto de diagnosticar precozmente y de modificar la evolución de las enfermedades más prevalentes. Para ello, se han definido tres grandes grupos de interés: un grupo de calidad y seguridad del paciente, un segundo grupo de recursos (humanos, económicos y de formación) y un tercer grupo de gestión y planificación estratégica.
Aunque no lo pareciera hace 20 años – ya que nuestro futuro como especialidad estaba repleto de incertidumbres – con la introducción de las nuevas tecnologías se fue transformando cada vez más en un futuro más esperanzador. Los inicios del PET en nuestro país en 1995 y, posteriormente, en la primera década de los años 2000, la introducción de las tecnologías híbridas (PET-TC y SPECT-TC) consiguieron un auge importante de la especialidad y, con ello, el cambio de nombre: Medicina Nuclear e Imagen Molecular. En los años venideros, se han ido añadiendo nuevos radiofármacos diagnósticos y de terapia metabólica que, junto con el desarrollo de los procesados informáticos, también han permitido una nueva expansión de la especialidad en España. Ya en la 2a década de este siglo y gracias a los nuevos avances de terapia metabólica que pronto se establecerán en nuestra rutina diaria (pej radiofármacos marcados con 177Lutecio), se podría considerar que el futuro de la especialidad es simplemente prometedor. Por eso mismo, debemos aprovechar las fortalezas actuales de nuestra profesión y lograr el máximo beneficio tanto para la especialidad como para los pacientes que atendemos, gracias a unas altas perspectivas de crecimiento en nuevas indicaciones clínicas y en presupuestos debido a los planes INVEAT. Pero, precisamente por ser la Medicina Nuclear una de las especialidades médicas más dinámicas, también nos enfrentamos a ciertas amenazas y debilidades:
- la mejora de la relación con la AEMPS para reducir al mínimo las restricciones a la autorización de nuevos radiofármacos;
- la creación de alianzas con otras especialidades afines;
- la implementación de un plan estructurado de comunicación que permita la difusión de la especialidad a múltiples niveles y que llegue a sectores sanitarios, políticos, así como a la sociedad en general;
- la promoción de una formación en gestión;
- la ausencia de especialistas para desarrollar el crecimiento del parque tecnológico;
- la irrupción de nueva tecnología que pueda sustituir a las radiaciones ionizantes.
Somos conscientes de que, en la actualidad, el grupo de trabajo de Gestión y Calidad se encuentra en sus inicios, aunque con un pasado que nos refuerza y un futuro que nos alienta.
Grupo de Trabajo de Gestión y Calidad